Edición Nº   1732
Domingo, 6 de Octubre de 2002


EL COMERCIO DIGITAL
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ASTURIAS

 


Por la dignidad histórica
TEXTOS : Alberto Piquero
Fotos : Luis Sevilla

 

Alguien lo ha dicho estos días, que son los nietos de quienes murieron en condiciones dramáticas y oscuras en los años de la guerra civil, quienes hoy quieren dignificar su memoria. Es la sangre que no quiere olvidar. Dos asociaciones nos hablan de sus postulados al respecto.

-¿Cómo surge la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica?

Víctor Luis Álvarez.- A raíz de la búsqueda de su abuelo por parte de un periodista natural de Ponferrada y afincado en Madrid, Emilio Silva, a quien posteriormente, en el 2000, se unen Santiago Macías y oras gentes con las mismas inquietudes (algunas, como en mi caso, por pura inquietud histórica, pues yo no tengo a ningún familiar desaparecido). En Priaranza del Bierzo, se realizó la primera excavación en una fosa, que rubricó un informe forense y el primer ADN extraído a un fusilado en la guerra civil. Después, se continuó en San Pedro de Olleros, Onanio, Cubillos del Sil o Piedrafita de Babia, siempre a petición de familiares que buscaban a sus desaparecidos.

José Manuel Menéndez.- Yo me agregué a la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica a través de la Sociedad Cultural Gijonesa y de Víctor Luis y su mujer, Marisa Martínez, que es presidenta de la Sociedad Cultural Gijonesa. En mi caso, tengo una abuela desaparecida en el 37, en Grao.

-¿Cuáles son los cometidos de la Asociación?

J.M.M.- Hay una gran acumulación de solicitudes. Nosotros nos encargamos de la recepción de las mismas y de tramitar las fichas correspondientes. Se ha de considerar que interviene una memoria emocional, intimista, de personas de 70 y 80 años, que a veces se les entrecorta. Nuestra voluntad es la de poner fin a un duelo que puede durar 65 años desde que se produjeron las desapariciones forzadas, coordinados por la ONU y sin salirnos un ápice de los Derechos Humanos. Eso sí, resaltamos con gran énfasis, que recordar no significa odiar. De los verdugos, preferimos olvidarnos.

V.L.Á..- Lo que no podemos olvidar es a las víctimas, porque sería tanto como matarlos otra vez. Y escamotear la historia a las gentes jóvenes que vienen a preguntarnos. Y a las generaciones del futuro.

-¿Cuáles son sus premisas ideológicas?

J.M.M.-Rehuimos cualquier bandería, aunque en ocasiones depositamos una pequeña bandera republicana. Pensamos lo que Gandhi de las banderas, que son causa de divisiones.

V.L.Á.- No llevamos banderas de partidos, pero el nexo común, respetando a cada una de las familias, está en el republicanismo y el anti-fascismo. Son muertos de la República.

-La Asociación de Familiares y Amigos de la Fosa Común de Oviedo (AFAC) ha tenido otra trayectoria, estrictamente ceñida a Asturias...

Faustino A. Zapico Argüelles.- Desde que se produjeron los fusilamientos, en el 37, ya se llevaban flores en el Día de los Difuntos, el 1 de noviembre. Naturalmente, se prohibió. Pero se seguía saltando la tapia en ese día para llevarles flores. En el 62, se quiso hacer una suscripción popular, que también se prohibió, para adecentar el entorno. El alcalde, Valentín Masip, acordonó la zona, aunque quedaron fuera del cordón muchos enterramientos. Ya en la transición, fueron las viudas de guerra, especialmente su presidenta, Mªde las Alas Pumariño, quienes reanudaron las iniciativas en favor de la Fosa Común. Se discutió mucho acerca del texto que se quería poner en las placas. Pero Dionisio Concepción insistió en que se incluía la mención a que habían sido asesinados o no se ponía nada. Ahí fue también muy importante el libro que escribió la profesora de la Universidad de Oviedo, Carmen García, que tuvo acceso a los archivos municipales del cementerio, y que ha servido de base fundamental para las investigaciones posteriores de Javier Rodríguez Muguerza o Félix Espejo...

-Pero, ¿cuándo se constituye formalmente la AFAC?

F.A.Z.A..- Tras una reunión en la Fosa Común, Avelino Fernández Cabricano, presidente de la Asociación de Militares de la República, nos invitó a reunirnos en la sede de la Asociación Municipal Socialista de Oviedo, y allí se redactaron los estatutos, en el 96. El primer presidente fue José Emilio Peláez. Y comenzaron las peregrinaciones para que se erigiera el monolito en recuerdo de los fusilados. Yo he llegado a recorrer siete oficinas municipales del Ayuntamiento de Oviedo en un solo día. Gabino no recibía. Sería Celestino (Martínez), quien al sustituir en la presidencia de AFAC a José Emilio, reabriría las gestiones y obtendría avances y subvenciones del Principado, ya con el gobierno de Areces y con el respaldo unánime de todos los grupos de la Junta General del Principado. Igualmente, nos apoyaron muchos ayuntamientos, que no siempre fueron los afines a nuestras ideas, por cierto.

-Decimos Fosa Común, y ahí queda todo englobado de una manera demasiado genérica y fría;pero, ¿cuántos fueron los fusilados?

F.A.Z.A.- Por orden de los tribunales sumarísimos, 1.330. En cautiverio, 155. Lo que no sabemos es cuántos hay de los que fueron paseados y están enterrados en la cintura de trincheras en el exterior de la Fosa. Sólo sabemos que fueron muchos.

-Usted, Celestino, llega a la presidencia de la AFAC en 1998...

Celestino A. Martínez.- Que entonces estaba bastante desanimada por los obstáculos que había ido encontrando. El desatasco se produce durante un congreso del SOMA, al que asisten Gabino de Lorenzo y los concejales Jaime Reinares, Ángel Torres y Manuel Palmero. En una semana, se consiguió la licencia para reanudar las iniciativas, aunque el grupo socialista continúa hoy con las interpelaciones acerca del monolito sin recibir respuesta.

-En el caso de la AFAC, ¿tampoco hay banderas de partidos?

-La AFAC es ideológicamente plural. Las cuestiones partidistas, en su lugar. Coincidimos en el republicanismo y el antifascismo -los fusilados eran, sobre todo, del SOMA histórico y de la CNT, republicanos-. Y aunque José Ángel Fernández Villa fue capital para desatascar las gestiones y el SOMA nos ofreció el apoyo económico, lo descartamos por pura coherencia. No entramos en contradicciones. Han de ser las instituciones públicas las que rubriquen estos proyectos.

(Hasta ese momento, las coincidencias fueron las predominantes. El debate se agrió a partir de la discusión en torno a las exhumaciones, a las que se oponen tanto Celestino A. Martínez como Faustino Zapico Argüelles y, muy apasionadamente, bordeando las interjecciones inapropiadas, Jesús Sánchez, quien se ocupa desde hace 18 años de rehabilitar la fosa de San Miguel de la Barreda, donde están varios familiares suyos).

J.S.- La posición de los partidos y organizaciones de izquierda en Asturias es que no haya excavaciones. Ese fue el criterio común hasta que hace un año se produjo este espasmo mediático con la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica. En San Miguel de la Barreda se pretenden exhumaciones sin habernos consultado. Y están prohibidas expresamente por un auto judicial.

V.L.Á.- A petición de familiares, que nos han dicho que de las 18 familias con fallecidos en San Miguel sólo se oponían dos.

J.S.- El derecho de las familias tiene sus matices en documentos de Naciones Unidas (muestra el documento, de interpretación abierta).

V.L.Á.- No buscamos el disenso, sino el consenso a través del diálogo.

J.S.- No tenemos garantías.


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